CRÍTICAS GASTRONÓMICAS
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 RESTAURANTE NOVODABO

novodabo

info Ficha Técnica.

> Dirección: Calle de Juan II de Aragón, 5, 50009, ZaragozaClic para ver el mapa.
> Teléfono: 976 56 78 46
> Cierra: Domingos noche y lunes noche
> Cocinero: David Boldoba
> Precio medio: 65€

Introducción

En la zona de Romareda se encuentra uno de los restaurantes que hasta la fecha junto con Bal D´onsera se han convertido en referentes dentro de la cocina de autor de la ciudad, el Novodabo. De aire eminentemente minimalista en su decoración y con una cocina con grandes dosis de vanguardismo, David Boldova se pone al frente de un restaurante en el que la gastronomía se entiende como un todo y donde también se pueden realizar seminarios gastronómicos, catas de vino, cursos de cocina,..

Riesgo, audacia, vanguardismo y personalidad desbordante son algunos de los calificativos con los que mejor se podría definir a Novodabo, una concepción de cocina todavía no muy extendida ni conocida en la ciudad pero sin duda de lo más atractiva.

> Crítica

Nos acercamos esta vez a uno de los pocos restaurantes que hay en Zaragoza para un público minoritario: personas a las que no saben que estamos en crisis o que no les importa gastarse mucho más dinero de lo normal para comer.

Al restaurante se accede subiendo al piso superior bien por las modernas escaleras de aluminio o en ascensor (sorprendentemente lo tiene, algo poco usual). Tras dejar la cocina a la izquierda, un pequeño comedor de aire minimalista en tonos blancos, negros y algún toque más llamativo en color fresa nos espera con sólo dos mesas ocupadas y toda una mesa de 6 para nosotros. Dos buenos detalles a destacar del local: la cristalera con vistas directas a la calle que se extiende a lo largo de la pared final del restaurante consiguiendo dotarlo de mayor luminosidad, y la posibilidad de tener una velada más íntima en su salón privado con capacidad para una mesa de grupo de entre 8 a 12 personas.

El servicio empezó muy bien, el jefe de sala Alex Boldova (hermano el chef) nos preguntó qué queríamos de la carta y casi sin verla le pregunté por el menú degustación. Sin decirme lo que iba a costar, sacó una nota y recitó los componentes de dicho menú... sonó bien y en seguida vino otra camarera para traernos una carta de vinos. Tampoco me lo pensé mucho y dentro de la carta de vinos del mundo nos atrincheramos un vino francés Bourgogne piot Noir. La carta de vinos era amplia pero no de las imponentes, eso sí, sorprende su precio en general, muy comedido.

Asimismo hay un detalle que no debemos pasar por alto, la posibilidad que se nos ofrece de pedir medias raciones, una gran idea poco estilada en restaurantes de este nivel y que nos permite probar mayor número de platos en las cantidades justas. Otro detalle curioso es la agenda de actividades que propone el restaurante (suele publicar las agendas de actividades por temporada en su web) tales como catas de vino y de aceite y seminarios en torno a temas culinarios. Algo poco usual que consigue dotarlo de ese aura de restaurante original y de nivel por méritos propios, demostrando así que no sólo hace cocina sino que intenta educar en lo culinario tratando de extender su estilo y pasión por el comer que va más allá de poner ingredientes en el plato.

En primer lugar y para comenzar con buena higiene la comida, se nos acerca la joven camarera para traernos una mini toallita en forma de rulo de las que echándole agua se expande para que puedas lavarte las manos. Un detalle ya extendido en restaurantes de este nivel como es el caso de Collette. Nos dan a elegir el pan entre normal, cereales u oliva verde, este último muy bueno. Nos lo acompañan con un poquito (como si la botella costara un riñón) de aceite de Girona que muy amablemente la camarera explica de qué 3 tipos de oliva estaba compuesto.

El aperitivo (no podía faltar en un restaurante así) fue una crema de queso a la siciliana... sorprendentemente bueno.

El menú degustación como suele ser habitual es válido a mesa completa, las raciones son más pequeñas de lo habitual en la carta pero lo bueno es que pruebas un poco de todo. De primero nos traen Carpaccio de sepia con langostinos y vinagreta de sésamo, me gustó mucho pero fue curioso que no le pillara el sabor a sepia.

En el siguiente plato tratan de dar la sensación de modernidad y cocina trabajada fuera de lo habitual que caracteriza a este restaurante. El changurro express (así apodado) se acompañaba con un caldo caliente con cabezas de langostinos que había que dejar un rato que se enfriara para regar el changurro no sin antes echarle unos polvos de regaliz... resultando un plato bueno pero no tanto para la parafernalia.

Donde sí acertaron fue en las migas, con un huevo de codorniz y gelatina de chorizo, excelentes.
Después un secreto ibérico de cerdo envuelto en sésamo con 3 mostazas, plato interesante pero me hizo gracia que no había carne suficiente para ir probando las 3 mostazas, que por cierto acompañaban bien y me agradaron mucho.

Terminamos con dos postres, sorbete de hierba luisa muy bueno pero lo más sorprendente de la comida fueron las petacetas, si, petacetas tal cual dentro del sorbete y el helado, el plato y la boca no dejaban de hacer “cru cru”, fue divertido y original.
El segundo postre hierbabuena con polvos cítricos y un piso de chocolate cremoso, tras traernos el plato nos echaron una salsita de frambuesas para rematarlo con aceite y sal por encima... ¿resultado del postre?, ¡excelente!

Y eso es todo, un menú amplio pero con raciones contenidas aunque el resultado final en cantidad es perfecto, si tienes mucho hambre el menú degustación aunque deje bien, le falta un plato más consistente.

Las instalaciones notables, modernas, sin fallos aparentes, la silla, los cubiertos, todo acompañaba bien a este restaurante. Al final acabamos acompañados de 4 mesas con 2 grupos por lo que Novo Dabo tiene clientela fiel, y ya puede tenerla porque no es un tipo de restaurante en donde se sirvan 200 comidas al día. Los baños... los mejores con los que me he topado hasta hoy (nov08), un baño de diseño con un marcado estilo zen. Con minitoallitas de algodón para secarte las manos, y ya si querías podías hasta lavarte los dientes con uno de los paquetitos con cepillo y pasta que adornaba la encimera de los lavabos.

Todo esto para pagar 137€. Tenía claro que iba a pagar mucho pero sinceramente no tanto. Los precios sin iva fueron: menús por 52€ cada uno, el vino por 21€ y el agua de Solan 1L 3,5€.

Por lo que el resultado es caro, muy caro, pero comí bien, muy bien... y me compensa para una vez y si me sobrara el dinero y el restaurante me cayera más cerca (el sector Romareda no me viene nada bien) quizás podría repetir alguna vez más para comidas o cenas especiales.

Siguiendo la estela del restaurante Bal Donsera, Novo Dabo cumple con los requisitos para que personas tiquiminosas y modernas se sientan a gusto comiendo en un entorno de nivel alto.

Instalaciones: 9 (9)
Servicio: 8 (8)
Calidad: 8,5 (8,5)
Precio: 7 (7)
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Otros restaurantes en Zaragoza: Bal d'Onsera - Palomeque - Colette - La Matilde- Garum
i | Más info:
Web oficial: http://www.novodabo.com/
› Documento creado en Noviembre del 2008
Por Javier Rioja

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